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About Me
Acá les voy a dejar un poco de mis comienzos, de mi libro...Vivía muy “feliz”, muy cómodo en Bs. As. con todas las comodidades habidas y por haber, tenía un buen laburo, aunque era por eventos y no laburaba todo el año, pero había algo que me faltaba, necesitaba algún desafío nuevo, me sentía incompleto, por lo que decidí comenzar a organizar una nueva vida en otro lugar no pregunten cómo ni por qué pero el lugar en el que quería volver a comenzar era Esquel; comencé a averiguar todo para partir y o casualidad un compañero de laburo era de allá y me ofreció estadía y darme una mano para conseguir laburo; era todo perfecto pero había algo que no me terminaba de convencer ¿En serio quería eso? ¿No quería nuevos desafíos? ¿Iba a dejar la comodidad en Bs. As. del laburo y el techo para irme a la comodidad en otro lugar o iba en búsqueda de desafíos y aprendizajes? Por lo que decidí agradecerle y decirle que lo iba a tener en cuenta, sin pensarlo saqué un pasaje ¿A dónde se preguntan? A Ushuaia, la idea y el “plan” era llegar a Ushuaia y subir hasta Esquel y ahí decidir dónde quedarme, después de haber recorrido gran parte del sur. Si quería aprender y desafiarme tenía que comenzar de 0 y bien lejos de “mi hogar”, Bs. As., así que comencé a preparar las cosas, a comprar lo que me faltaba y a no pensar en lo que iba a hacer o suceder (Era fines de Enero y mi vuelo salía el 4 de Abril). Una vez en Ushuaia comenzaron a pasar los días y me sentía muy a gusto, había algo de conexión, pero decidí seguir viajando a pesar de que me habían hecho una mini oferta para quedarme a laburar allá, no estaba listo para desarmar la mochila, sino que estaba listo para volver a partir. Quería seguir, ver, aprender, desafiarme a mí mismo, conocer más allá. Pasaban los días y más me enamoraba de la ruta, cuando me di cuenta ya estaba en Calafate, con un aire distinto, una energía que me llevaba a seguir a no parar, estaba sintiendo algo que no había sentido antes en ningún lugar, una conexión especial que interiormente me decía “Vamos al Chalten, ya”, no conocía nada de dicho lugar, no sabía qué me iba a encontrar; me desperté a las 8am para dejar el hostel me dirigí a la terminal (el día había decidido ir a dedo al glaciar y adivinen qué, camine más de lo que me llevaron ya que no era el momento de hacer dedo, no había nadie en la ruta) saqué mi pasaje para el Chalten y esperé hasta las 22pm que salía el viaje, sentado en la terminal, ya no sabía cómo ponerme. Ésta es la parte más difícil de todas ¿Cómo les explico lo que sentí al llegar al Chalten? Era una energía hermosa. Ya lo había decidido, me iba a quedar a vivir allá, pero para mí fortuna ya estábamos entrando en invierno y los hostels ya empezaban a cerrar sus puertas por lo cual no tuve otra alternativa que seguir viaje arriba. Seguí viajando pero en ningún lugar sentía lo mismo. Llegué a Bariloche dos días después de la erupción del volcán, dirán que mala leche que tiene éste pibe, yo lo veía como algo maravilloso, quizás no podía disfrutar Bariloche en su máximo esplendor pero si podía disfrutar el “rugido” de la naturaleza. Decidí cruzarme a Chile, tenía unas cuentas pendientes, llegué a Santiago y de ahí me dirigí a la costa a trabajar en una mutual y a recorrer un poco de playa después de tanta montaña. Pasaban los días y no lograba conseguir un laburo ya que me pedían o la visa de trabajo o nacionalidad y el tramite tardaba unos meses, ya empezaba a extrañar mi País y quedan restos de plata, era cuestión de probar suerte en Mendoza o volver a Bs. As., he vuelto. Pasaron 2 meses y me encontraba laburando en el Hipódromo de Palermo, casino. Si chicos, volví a un laburo estable, con una obra social y con planes de estudio, había comenzado la carrera de Contador Público y también la de Producción de eventos, es más ya estaba buscando alquileres. Era el mes 4 en el hipódromo, ya había pasado la prueba de rigor, los 3 meses a prueba, cada vez me daban más libertad mis supervisores me hacían sentir su “joya” me iban probando en distintos lugares y me ganaba su confianza para poder seguir creciendo y seguir subiendo de puesto, pero volvía a picarme ese bicho de terminar con la estabilidad, la seguridad, salir de esa zona de confort en la que me encontraba. Llegamos al mes de Diciembre y se vino una ola de pensamientos y sueños; necesitaba salir de la rutina. Como por obra de magia, hermoso destino, me encontré en mi actual laburo hasta ese momento, a mi ex jefe el cual me preguntó cómo estaba en el laburo, etc., la verdad que estaba “cómodo” no me faltaba “nada” pero por las dudas le dije que si había alguna propuesta lo escuchaba, finalizando Diciembre, para ser más exacto el 31, en horario laburo, les comunico a mis jefes que había decido renunciar. Había vuelto a mi anterior laburo, organizando eventos al aire libre. Era el supervisor y encargado de los eventos. ¿Pero saben qué? No iba a durar mucho, llegábamos el mes de Marzo, fines de Febrero, y se aproximaba mi renuncia. ¿Saben por qué? Ya había sacado el pasaje para Ushuaia, en Diciembre, me estaba olvidando de esa parte. Así que acá estoy, nuevamente esperando a que llegue el día. Vuelvo a Ushuaia, un lugar increíble, donde crecí a pasos agigantados.
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