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About Me
*Antes de empezar el mundial de bajas en febrero 2012:
-¿Cuando comenzo tu afición por las motos?
La verdad es que me crié montado en una. Mi madre iba con una Derbi Variant a todas partes y me llevaba de pie delante de ella, agarrado al manillar.
-¿Quien te inspiro a ella?
El momento en el que comprendí que aquello me encantaba fue cuando Victor Fontoba, uno de mis mejores amigos, y que ya no está con nosotros aunque no hay día que no me acuerde de él, me dejó la moto que su padre Antonio le había preparado, no se que años tendríamos pero nuestras madres aún tenían que limpiarnos los mocos.
Victor iba a pasar unos días en verano al campo con sus padres y su hermana. Yo me acercaba cada día en bici a dar la tabarra, recuerdo que íbamos todos los días a bajár por la acequia todos montados en una cámara de rueda de tractor, lo pasábamos en grande.
Fue entonces cuando ideamos un plan infalible para hacerme con una moto;
Hacerle la vida imposible a mi padre para que sacara una moto vieja que había en un rincón del almacén llena de polvo y telarañas, y es que él había sido aficionado de joven hasta que se rompió el fémur.
Así empecé a hacer salidas con mi padre, el con la Ossa 350 y yo con la Derbi de mi madre. Cada vez la cosa fue a más y a más.
Quizás le deba a Victor todo lo que ha venido después, ya que gracias a él llevé una moto yo solito por primera vez.
- ¿Que otros hobbies tenías en tu infancia, y actualmente?
Ir con la bici a todas partes, principalmente al río a bañarnos, a perdernos por los caminos y a hacer gamberradas, cosas de la niñez.
También patiné una buena temporada, me ponía los patines por la mañana al levantarme y me los quitaba para acostarme, vamos, todo lo relacionado con ruedas, velocidad y libertad.
Lo dejé cuando instalaron el half pipe porque íbamos allí y no nos movíamos en todo el día, a mi me gustaba moverme por todas partes y en una rampa de hierro no se viven muchas novedades ni aventuras.
Actualmente, lo que más me gusta es viajar y aprender de lo que me puedan ofrecer otras culturas y otros lugares, y sí yo puedo aportarles algo mejor que mejor.
Sigo montando en bici, otras cosas y pasando buenos ratos con buen@s amig@s, haciendo lo que nos gusta, disfrutando de la vida.
Últimamente, Raúl Lahuerta me lió para que corriera en moto de agua y la verdad es que me fue tan bien que fui subcampeón regional el año pasado y me dijeron que sí no hubiese faltado a la última carrera habría sido campeón!!!
Pero me coincidía con una expedición a África y preferí lo segundo. También estuve mucho tiempo navegando en el Mediterráneo, el Atlántico y por supuesto nuestro "Mar de Aragón" con Raúl y su buena gente. ¡Ya no puedo esperar para volver al agua ahora que empieza el buen tiempo!
- Si no te hubieras dedicado a las motos...¿A que otra actividad te habría gustado dedicarte?
Pues la verdad es que no lo había pensado en profundidad, pero seguro que algo relacionado con el deporte y la aventura o la ayuda humanitaria, de hecho no descarto algún viaje en el que pueda aportar algo en lugares y gente que lo necesiten, paso tiempo en lugares remotos de África y me encanta poder ayudar a quien realmente está necesitado.
También tengo en "mi lista de locuras por hacer antes de morir" un iron man, subir al Everest, ir de Alaska todo al norte a tierra del fuego en Chile todo al sur, y muchas cosas así que no pararía de contar.
- Las motos te han hecho viajar como ya sabemos. ¿A que lugares te ha llevado esta afición?
Ufffff un montón.
Para empezar España entera de arriba a abajo y de lado a lado, incluso las islas y siempre por dentro y fuera de carretera, con todo lo que eso conlleva y su variedad de terrenos, tardaría una eternidad en contarlo todo por lo diferente que es España según en que parte estés...
El precioso Algarve Portugués...
A cruzar el frío, helado y a veces nevado Atlas del norte de Marruecos, a surcar sus plateaus (interminables llanuras) y pequeños ergs (mares de dunas) así como los impresionantes chotts (lagos secos) como el Iriki y otros terrenos en el caliente sur...
A atravesar los lugares inhóspitos del Sáhara Occidental desde la misma orilla del mar en el oeste al desierto que se extiende hacia el este...
A los impresionantes paisajes Mauritanos, con muchísima arena y dunas, pero también montañas gigantes de piedra oscura, acantilados y valles que te quitan la respiración al alzar la vista...
Mali, Burkina Faso, las selvas y ríos de Guinea Ecuatorial, la sábana senegalesa con los preciosos baobabs y cantidad de animales, sus playas de arena blanca repletas de pueblecitos pesqueros, el Lago Rosa de Dakar...
Desiertos como los de la película "océanos de fuego" en Arabia, donde hace un calor abrasador...
A las pirámides y la esfinge de Egipto, testigo de la salida del Rally de los faraones, así como a sus famosos oasis, donde eran los campamentos, los baños de Cleopatra, después al museo de El Cairo...
A cruzar Brasil, por dentro de sus inmensas selvas y ríos, en los que a veces no se ve la otra orilla y parece que estés en la orilla del mar, hasta las dunas de la costa este del continente americano.
Las 1000 millas de Baja California, desde Tjuana a La Paz pasando por desiertos, bosques, costas, llanuras, talqueras... Viendo tanto el amanecer en Ensenada como la puesta de sol en el mar en carrera...
La montañosa Toscana Italiana, la radical y preciosa isla de Cerdeña...
También me han llevado a Londres, aunque de manera indirecta y también es allí donde he pasado una de las mejores temporadas de mi vida, estuve un par de años yendo y viniendo.
Y algún sitio más... Pero lo dejamos aquí que esto parece una enciclopedia jeje
Algo muy especial son las gentes y sus costumbres de allí donde vas, lo mejor y de los que mas he aprendido es de la gente que no tiene pertenencias y precisamente los que menos tienen (hablando de lo material) son los que más te dan, te ofrecen y te dan todo lo que tienen, que a veces solo es un té, un plato de arroz, una alfombra para dormir o el único pollo que les queda para comer en mucho tiempo, es impresionante y sobre cogedor ese sentimiento. Y es por eso que no tienen nada material; ¡porque lo comparten todo!
Por otro lado tienen mucho de lo que el dinero no puede conseguir y son realmente felices.
!Hay que aprender de esta gente para ser feliz!
-¿Recuerdas alguna experiencia un tanto desagradable que te haya ocurrido con el mundo del motor? (Si es así desarrollala)
Alguna que otra como lesiones fuertes, la más fea en el Dakar 2007 en la etapa que se supone que pasábamos de Mauritania a Mali haciendo Nema - Bamako aunque se decidió hacer un bucle Nema - Nema y no entrar en Mali porque había amenaza de ataque terrorista.
Allí tuve una caída fea en la que me hice mucho daño en la espalda, fue al principio de la etapa pero conseguí acabarla y después de 5 horas agonizando llegué al final, me examinaron en el hospital móvil hinchable, pruebas, radiografías y salió el médico con las manos en la cabeza diciendo que me tumbara y no me moviera, que andaba de milagro y que llevaba la espalda partida, me repatriaron a España y estuve 6 meses recuperándome, aunque volví, me superé y fui campeón del mundo.
Había que aprovechar esa segunda oportunidad que se me había dado en la vida.
Pero sin duda, lo más desagradable es cuando muere un compañero. Cuando se nos fue Fabrizio Meoni yo quise que la tierra me tragara. No me lo podía creer, meses atrás tuve que recoger a Richard Sainct sin vida en Egipto, luego nos dejo José Manuel Pérez en el Dakar y te deja tocado, pero con lo de Meoni estallé, le tenía un cariño especial, era "el padre de los motoristas" yo tendría 22 años y el unos 44 creo, era el más experimentado y muy buena persona, yo lo quería mucho.
Vi que lo evacuaban en helicóptero a mitad de etapa Atar - kiffa pero nunca imaginé que sería nada grave.
Cuando termine la etapa al límite de mis fuerzas y me dijeron en el control de llegada lo sucedido no me lo podía creer, me arrastre detrás del camión de la organización y allí de rodillas y con la frente en el suelo rompí a llorar como nunca lo había hecho, que angustia, que malestar, que agonía, me ahogaba, ¿pero qué estábamos haciendo allí?
Al rato saqué el teléfono satelital y llamé a casa, lo cogió mi padre llorando, lo había visto en las noticias. -Sal de ahí Victor, sal hacia la capital coge el primer vuelo y ven a casa. Me dijo llorando yo no podía ni hablar de la angustia.
Al final me repuse y fuimos continuando todos muy afectados, la vida sigue y hay que ir hacia delante.
Sin duda lo peor es cuando se nos va un compañero.
Fabrizio anunció en Lisboa, antes de salir, que iba a ser su último Dakar, aunque nadie nos imaginábamos que acabaría así.
Por desgracia, cada año se nos va algún compañero, pero nos queda el consuelo de que se van haciendo lo que más les gusta.
-Ahora para quitar el mal sabor de boca con la experiencia anterior, ¿podrías recordar e informarnos de una experiencia gratificante?
*Precisamente ayer solté algunas lágrimas dentro del casco al emocionarme pensando..... Al final de la entrevista lo cuento...*
Como experiencias gratificantes mil...
La llegada lago rosa de Dakar es muy emocionante por lo vivido antes y durante la aventura.
Proclamarme campeón del mundo con las pirámides de Egipto como testigos tras de recuperarme de la lesión de espalda, después de que me dijeran que podía que no volviera a andar.
Brasil es de los mejores recuerdos que tengo porque el primer día de carrera se rompió el motor y pensaba que abandonaba,la moto justo andaba y aguanté como agarrado de un hilo 11 días, parando mucho a echar aceite, con muchísimo cuidado, con el motor fallando, le hablaba a la moto, paraba el motor en las cuestas abajo, la empujaba, la acariciaba...
Y cuando me di cuenta estaba cerca de Natal, en un pueblecito pesquero a la orilla del mar, esperando a que la chica de la gasolinera me repostara, era un sitio súper antiguo, de esos que casi hay que darle a una manivela para que salga gasolina. Recuerdo que sonaba en una viejísima radio "Same mistake" de James Blunt y me emocione al oír tan dulce voz, recordando por todo lo que había pasado para llegar hasta allí, no me lo podía creer, ¡HABÍA LLEGADO HASTA EL FINAL!
Otra experiencia enriquecedora fue la grave lesión de espalda, puede ser de lo mejor que me ha pasado porque eso me hizo recapacitar, pensar y coger con más ganas la vida, ya que tenía otra oportunidad para vivirla plenamente, para aprovecharla y aquello me hizo darme cuenta.
Fue algo así como lo que le paso a Lance Armstrong con el cáncer, que después de estar prácticamente muerto, resurgió siendo mejor, el mejor. Recomiendo leer su libro "Mi vuelta a la vida".
- Como ya sabemos tu afición ha sido una alfombra roja de triunfos ¿Cuando comenzo tu primer triunfo?
Mi primera victoria fué en el motocross de Mallén, en el año 2000.
Esa fue la primera temporada que me tomé en serio y de ahí fui a más y más y más.
- ¿Que sientes respecto al camino que has recorrido y el que te queda por recorrer?
A veces pienso que lo he hecho todo en esto de las motos de campo, pero siempre surgen nuevos retos, desafíos o cosas nuevas que me apetece hacer.
La verdad es que no pienso mucho en el futuro porque sí lo haces no vives el presente.
Bueno Victor hasta aqui llega nuestra entrevista, Un placer y que sigas alargando tu alfombra roja de triunfos.
A continuación tienes un espacio para ti, puedes decir lo que desees.
*Precisamente ayer (2/2012)solté algunas lágrimas dentro del casco al emocionarme pensando en como se ha volcado la gente en hacer lo posible para que corra en Italia, es increíble lo apoyado y querido que me siento.
Sí, así es, aún no lo había anunciado oficialmente pero me voy a correr el Campeonato del Mundo de Bajas que empieza en Pordenone.
La locura máxima es que lo decidí solo diez días antes de la carrera, no os podéis imaginar lo que cuesta hacer el trabajo de meses en solo una semana.
Estaba haciendo el rodaje a "pequeña" mi nueva 450, que ktm y Motocaspe han puesto a mi disposición, y recordando como he llegado a este punto, todo lo vivido desde mis inicios, el enriquecimiento como persona y la realización que me ha dado esto, todas las experiencias que atesoro, los lugares visitados, la gente conocida, el apoyo de la gente y con toda la satisfacción que eso me supone ha sido imposible contener las lágrimas.
La verdad es que no estoy preparado, ya me fui a hace un par de meses a Dakar sin estar al 100% por una caída muy fuerte que tuve con la bici por la carretera en la víspera de Navidad, todavía no se como fue, sólo que aparecí en la cuneta con el casco partido, lleno de golpes y la bici destrozada. Así pues tuve que guardar reposo y no pude entrenar más. Me fui a África y utilizando mucho la cabeza, en lugar de la fuerza física que me faltaba, salí exitoso de la aventura.
Esto no lo había dicho para no asustar a mi gente, pero en la etapa Akjout - Nouakchott me relajé en exceso, baje la guardia y de repente me encontré rodando por los suelos, arranqué los aparatos de navegación con el pecho, me di un fuerte golpe en la rodilla y en la muñeca. Me retorcí de dolor un tiempo en el suelo, me repuse con calma, puse la moto en su sitio y continúe poco a poco, con la tranquilidad de saber que llevaba unas seis horas de ventaja.
El golpe en el pecho repercutió en que el esternón me desplazó las costillas hacia la espalda y una de ellas me provocó daños allí donde encaja con su respectiva vértebra, pero bueno, nada que no pueda aguantar.
Pues bien, al volver y mirarme bien me recomendaron reposo absoluto y así lo hice hasta ahora, con lo cual mi estado físico no es bueno para correr, y mucho menos en un campeonato del mundo, pero vamos ¿que se le va a hacer? Hay que intentarlo.
Para correr un mundial, la federación te exige un reconocimiento médico con prueba de esfuerzo entre otras muchas cosas y la verdad es que me ha salido floja por el reposo; capacidad pulmonar reducida, aumento del peso graso, perdida de fuerza y resistencia, vamos que estoy flojo.
Como las lesiones aún me molestaban decidí ir a ver a Tomás Bernal al Centro Alternativo Kyoku-Tao. ¡Ojalá hubiera ido antes!
Mano de santo, ni rastro de los dolores.
También hay que sumar a las prisas que no tenía moto para el mundial, ya que sólo se corre con motores de 450 y mi "pelirroja" es una 500.
Así pues, moví unos hilos y obtuve el apoyo de ktm a través de Motocaspe.
El problema era que la moto tenía que venir de Austria y que iba a llegar justo el día que marchábamos a Italia, entonces Pepe buscó una en un concesionario próximo y así pudimos hacer el cambio y rodar la moto unos días.
Bud Racing España me ha preparado las suspensiones a última hora y es para quitarse el sombrero el trato que me han dado, aunque me hubiera gustado tener tiempo para probarlas.
Otro jaleo ha sido tener que rodarla y acostumbrarme a ella y no ha sido posible ponerla a punto porque las piezas que necesitaba no han llegado a tiempo, pero aún así haremos lo que podamos con lo que tenemos.
¡¡¡LAS COSAS IMPOSIBLES SON LAS QUE NO SE INTENTAN!!!
Muchísimas gracias a tod@s los que me habéis echado una mano para poder hacer esto realidad, no hace falta nombrar a tod@s porque sois much@s y tanto yo como vosotr@s sabéis quien sois, gracias, os quiero.
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Otra entrevista:
Víctor Rivera: “Me aburro fácilmente y siempre ando buscando nuevas metas”
-He quedado con un caspolino con el que creo que El Agitador tenía una cita pendiente desde hace tiempo. Pocos en Caspe no conocen o no han oído hablar de las aventuras de Víctor Rivera encima de una moto. Desde hace años muchos medios aragoneses se han hecho eco de sus victorias en rallys de todo el mundo. No hace muchos días que Víctor ha regresado, con una nueva victoria en la maleta, del Rally Intercontinental Almería-Dakar 2013, una prueba que atraviesa gran parte del recorrido del antiguo Dakar africano. Luego hablaremos de ello, pero antes quiero saber más sobre sus inicios, sobre cuándo se subió a una moto por primera vez.
-¿Cómo y cuándo te inicias en el mundo de la moto?
Recuerdo que la primera moto que llevé fue la de uno de mis mejores amigos, el ya fallecido Víctor Fontoba. Entonces éramos todavía unos críos, antes incluso de haber hecho la comunión, quizás de aquello empezó todo. Además, mi madre llevaba una Derbi Variant y yo me crié con ella. Me llevaba siempre de pié entre sus brazos y los dos agarrados al manillar.
Mi padre había llevado motos y lo dejó cuando tuvo un accidente. En mi casa siempre hubo motos arrinconadas y las usábamos esporádicamente. Recuerdo que él mismo puso a punto una de ellas y comenzamos a hacer salidas los dos juntos.
-¿Cuándo competiste por primera vez?
En 1997, cuando tenía 15 años. La primera carrera fue de Motocross, en el circuito de los Tres Pinos de Alcañiz. Más adelante ese circuito desapareció y ahora es una de las gradas del circuito de Motorland. Por mi edad y tamaño debía correr con una moto de 80 pero llevaba la de mi padre de 125 y me metieron con los grandes. Ese año corrí una carrera más y alguna esporádica durante los dos años siguientes.
En el 2000 corrí en serio y gané el Campeonato de Aragón de Motocross en categoría Junior. Luego probé el enduro en Caspe y la Federación me eligió para representar a Aragón en el Enduro de las Autonomías. Fue lo más duro que había hecho hasta entonces. Dos días de prueba lloviendo. Fuimos cuatro representantes de Aragón y solo acabé yo. Allí nos premiaron como equipo revelación. Fíjate si la prueba con lluvia y barro fue dura que dos semanas después aun había motos atascadas por los montes.
-Bueno, habiendo ganado el Campeonato de Aragón y habiendo hecho un buen puesto en el Enduro de las Autonomías ya te habías hecho un hueco. La gente ya hablaba de ti. ¿Qué vino después?
En 2002 empecé con los rallys en la Baja. Corrí entonces con Nani Roma, Isidre Esteve, Cyril Despres, Marc Coma… Descubrí que era lo que mejor se me daba.
Y en 2004 fui por primera vez al Dakar. Salía desde Francia y tuve que abandonar por avería. A partir de aquí, toda tu vida es el Dakar. Tu único objetivo es alcanzar el Lago Rosa. El entrenamiento de todo el año se enfoca a conseguir eso y no se puede parar. Nos pasa a todos.
-¿Y cuando conseguiste llegar a Dakar?
Los dos años siguientes, en 2005 y en 2006, con algunos patrocinadores y apoyos. Esos dos años cumplí mi objetivo. Pero 2007 fue mi peor año. Corría con el equipo Tot Curses cuando me caí y me rompí una vértebra. Tuvieron que evacuarme desde Mauritania y necesité seis meses de recuperación. Por si fuera poco, cuando estaba en la cama me llegó la noticia de que Isidre Esteve también se había caído y que había tenido peor suerte que yo. La caída le tocó la médula y se quedó en silla de ruedas.
-¿No sentiste entonces el miedo de que te pudiera ocurrir lo mismo? ¿De que la moto era demasiado peligrosa?
La verdad es que no. En vez de venirme abajo, tomé el accidente como una segunda oportunidad que debía aprovechar. Me sirvió para estimularme y durante la recuperación decidí que iba a ser Campeón del Mundo.
-¿Y en cuanto pudiste subirte de nuevo a la moto comenzaste a entrenar para ello?
Sí. Eran cuatro pruebas, la primera en Cerdeña, luego Brasil, después Egipto (en el Rally de los Faraones) dónde me proclamé campeón del mundo y la última, a la que ya no fui porque técnicamente había ganado el campeonato por puntos, era en Dubai. Ese mismo año me invitaron también a la Baja de las 1000 millas de California, una de las carreras más prestigiosas del mundo. Formé equipo y también ganamos en la categoría de 450 c.c.
-Para quienes se acercan al mundo del motor y las carreras, el Dakar es sin duda la prueba reina. ¿Qué preparación es necesaria para afrontarla? ¿Dónde entrenas?
Bueno, yo me preparo las pruebas principalmente haciendo bicicleta de montaña, gimnasio y obviamente moto. Hace falta un plan de entrenamiento y controlar bastante la alimentación. Llevar un equipo detrás es lo que más ayuda. A mí, por ejemplo, el tema mecánico es lo que más me agota, y de eso puede encargarse el equipo.
-¿Y cómo se consigue el presupuesto? ¿Quién te ayuda?
En aquellos años aun era posible correr sin muchas dificultades. A partir de la crisis las cosas se torcieron. En el Dakar, los grandes equipos debían partir de un presupuesto de tres millones de euros para poder ir a ganar en todo. Eso incluye todo un año de competiciones, motos, coches, camiones de equipo, preparadores, mecánicos, prensa, sueldos… Si vas con un equipo más modesto, lógicamente no puedes permitirte tantos lujos y sólo optas a acabar.
-¿Cómo viviste tú el traslado de la prueba del Dakar a América del Sur?
Bueno, en 2008 cuando la prueba iba a comenzar en Lisboa se recibió un comunicado de Al Qaeda diciendo que si la carrera pisaba suelo africano se atentaría contra la organización o los participantes, así que ese año se suspendió y al año siguiente decidieron trasladarla a Argentina. La verdad es que fue un duro golpe para la familia del Dakar. En el último momento se suspendió todo y cuatro mil personas tuvieron que volver a casa.
Ahora, la prueba en Sudamérica es más floja, aunque allí son mucho más fanáticos con el deporte. Se monta un auténtico circo mediático en torno a la carrera. Tanto es así que la ASO, que hablando claro es la empresa organizadora, recibe seis millones de dólares de cada país por el que pasa la carrera. Antes eran Argentina y Chile y ahora es también Perú.
-¿Y cabe todavía la posibilidad de que la prueba regrese a África?
En mi opinión el Dakar que organizan los franceses no creo que vuelva. Desde la ASO dejan caer una posible vuelta al continente africano pero la verdad es que en América están haciendo caja. El rally allí no tiene nada que ver. Hay carreteras asfaltadas y la gente duerme en hoteles. En África se dormía en una tienda de campaña en la arena. La ASO no tiene problemas ahora, allí tienen dinero y hay lista de espera de corredores. El espíritu original del Dakar ha muerto allí.
-Y a partir del cambio de continente de la carrera, ¿hacia dónde dirigiste tus objetivos?
Bueno, mi problema es que me aburro fácilmente. No quiero estancarme y siempre me planteo metas nuevas. Miré hacia atrás y vi que había pasado de ser campeón regional a ser campeón del mundo en 2008, así que en 2009 fui a por el Campeonato de España. Las cosas ya estaban mal con una crisis latente. Ni siquiera buscamos sponsor. Lo hice con lo puesto y una moto del 2006, la misma con la que corrí el mundial. Para sorpresa de todos, gané la primera prueba y a partir de ahí fui ganando todas las demás.
-Víctor es un tipo tranquilo. Con voz pausada, sin hacer demasiado ruido, me ha contado que terminó dos años seguidos el Dakar, que al tercero casi se mata, y que nada más recuperarse se subió a la moto y ganó el Campeonato del Mundo y las 1000 millas de California. Y que después de eso, ganó el Campeonato de España. Si no lo conociera, si no hubiera leído sobre su trayectoria, podría pensar que me está tomando el pelo. Pero no, todo es verdad. Cuando Víctor se sube a su KTM hay pocos que le sigan.
-O sea, que en 2009 ya habías sido campeón de Aragón, de España y del Mundo. ¿Qué te quedaba entonces?
Descansar. En 2010 no me saqué la licencia y no corrí nada. Necesitaba tomarme un par de años de respiro, haciendo cosas que hace la gente normal. En el mundo de las carreras se viaja mucho pero apenas hay tiempo para visitar los lugares en los que compites. Durante este tiempo pude viajar sin las preocupaciones de la moto. Por ejemplo pude hacer cosas como ir a las fiestas de San Fermín, las del pueblo y disfrutar de la vida normal con mis amigos, que era algo que quería hacer hace tiempo, estuve entre España y Londres, donde viví una temporada muy bonita, visité Alemania, Marruecos un par de veces y, sobre todo, viajé por España. Conocí gente y fueron dos de los mejores años de mi vida.
-Todo eso durante dos años, y ahora has vuelto a retomar la competición. Hace pocas semanas que has participado en el Rally Intercontinental Almería-Dakar 2013. Y además con buenas noticias, has vuelto a ganar…
Sí. En uno de los viajes a Marruecos pensamos en la posibilidad de revivir el Dakar por África. Entonces nos enteramos de que se estaba preparando esta prueba. Había gente romántica que sentía que el Dakar no podía desaparecer y la habían organizado con salida en Almería y final en el Lago Rosa. Yo hablé con el Club Aventura Touareg de La Rioja y ellos me proporcionaron ayuda. Aun así, fui sin mecánico, con lo puesto, y con una caja que me esperaba todos los días en la meta en la que llevaba todas mis cosas.
-¿Cuántos días fueron?
Catorce etapas sin día de descanso. Eso era nuevo porque en el antiguo Dakar había una etapa intermedia en la que se podía descansar y recuperar fuerzas.
-¿Y te veías ganador antes de comenzar la aventura?
La verdad es que no era mi objetivo principal. Quería pasármelo bien, disfrutar y revivir la experiencia de pasar por los lugares del antiguo Dakar. De hecho, este año corrí con la moto del año pasado. Quería ir con prudencia, para no caerme y para no romper la moto, pero prácticamente llegaba primero todos los días. Navegué bien, despacio y con buena letra, y eso me hizo ganar.
-¿Y hubo problemas con el terrorismo islámico esta vez?
Nosotros no tuvimos ningún problema. Pero es verdad que estábamos permanentemente protegidos por militares. En los campamentos se desplegaba una escolta impresionante y en cada colina que nos rodeaba había un carro militar armado hasta los dientes.
-Volviendo al terreno local…¿Han sabido valorar los caspolinos y las instituciones tus triunfos por todo el mundo? ¿Cómo te sientes cuando vuelves a casa después de una aventura como la del Rally Intercontinental?
La verdad que la gente me a recibido y tratado con mucho cariño, no me podía imaginar que me siguieran y apoyarán tanto desde la distancia.
La aventura no ha acabado porque entre radios, tele, periódicos, revistas, internet... Llevo un maratón.
-Supongo que tu facilidad de adaptación a terrenos desérticos se debe, en buena parte, a haber nacido en un pueblo como Caspe, con un término municipal extenso, y además no muy lejos de los Monegros. ¿Qué ventajas e inconvenientes le encuentras a esto?
En cuanto a la preparación física, ventajas todas. Con la bici o con la moto sales a la puerta de casa y ya tienes un camino de tierra para empezar. Es muy cómodo. En una ciudad necesitarías depender de una furgoneta y tiempo para desplazarte. Además, debido a lo que comentas, en Caspe siempre ha habido mucha afición. Quizá eso también tiene su lado malo. Antes de que llegara la crisis todo el mundo podía hacerse con una moto con la que salir al monte, pero lo que no tenían era la cultura de la moto que teníamos los que llevábamos muchos años en esto. Eso nos perjudicó mucho. Me refiero al respeto a los montes o a las gentes que puedes encontrarte en el campo, pastores, otros deportistas, etc. Más de una vez me ha tocado discutir por estos temas. Ahora la gente deja los caprichos de lado y parece que volvemos a quedarnos los que realmente vivimos encima de la moto.
-¿Hacia dónde miras ahora en este 2013?
Bueno, en competición me gustaría participar en el Campeonato del Mundo de Bajas, aunque solo es un pensamiento. El principal problema es el presupuesto. Hace falta financiación y de momento, ya veremos en que acaba. La verdad es que hace años que vivo al día. Estoy tranquilo porque no debo nada a nadie y puedo pensar libremente qué hacer con mi vida. Estoy barajando también la posibilidad de marcharme al extranjero a buscar trabajo como piloto o transmitiendo todo lo que sé, porque visto lo visto, aquí es imposible a día de hoy.
-En El Agitador tenemos la costumbre de acabar la entrevista pidiendo al entrevistado que nos recomiende una película, un libro y un disco o grupo de música. ¿Cuáles son los tuyos?
-Mmm… bueno, un libro… “Mi vuelta a la vida” de Lance Armstrong. Para mí es un ídolo y un ejemplo. Pasó de estar muerto a aprovechar la segunda oportunidad que le dio la vida. En el dopaje, el corredor es el último culpable, y yo a Armstrong lo considero una víctima más, por eso no dejo de recomendarlo.
Película… “Into the Wild”, que en castellano se llama “Hacia rutas salvajes”.
Y en música me quedo con "Back to Bedlam" de JAMES BLUNT.
Había escuchado alguna canción y me gustaba, pero fue en el Rally Sertoes de Brasil, que estuve casi un mes fuera de casa en 2008, donde pase una verdadera odisea de problemas y aventuras. Parecía imposible acabar la prueba ya desde el primer día, pero pasito a pasito lo fui superando todo. El último día, en una pequeña "gasolinera" si se le podía llamar así a aquello, en un poblado de la costa y con una canción de ese disco de fondo que salía de una pequeño y viejo aparato de radio,rompí a llorar de alegría al darme cuenta de que había llegado al final recordando por todo lo que había pasado para llegar hasta allí. Me sentía en el cielo y no se me olvidará nunca esa sensación y aquella canción.
Al llegar a casa conseguí el álbum, vi conciertos en directo y me encanto la manera de transmitir de James sobre el escenario, él sólo con su piano. Por cierto, también me ayudó a poner la guinda del pastel a la hora de conquistar algún corazón...
Me emociona y me encanta
Why I’m on Couchsurfing
Para alojarme, compartir y aportar algo allá donde vaya y necesite un lugar donde dormir.
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